sábado, 20 de marzo de 2010

14- Husserl, M.C. Meditación segunda: en que se explora el campo trascendetal de la experiencia en busca de sus estructuras universales.

14- Necesidad de eliminar en un principio los problemas referentes al alcance del conocimiento trascendental.


En dos estratos tiene que desarrollarse los trabajos científicos para los que se ha presentado el titulo fenomenología trascendental:


Primer estrato: Tendrá que recorrerse el reino de la experiencia trascendental del yo, enorme como enseguida se revelara, y por lo pronto en mera entrega a la evidencia que le es inherente en su curso concorde, o sea aplazando las cuestiones referentes a una crítica definitiva o dirigida a los principios apodícticos del alcance de la experiencia. En este primer estrato, no filosófico en el pleno sentido del término, procedemos, pues, análogamente al cultivador de las ciencias positivas, que se entrega a la evidencia de la experiencia natural, quedando por completo fuera de su tema, en cuanto cultivador de las ciencias de la naturaleza, las cuestiones relativas a una crítica de los principios de la experiencia.

Segundo estrato: Tocará precisamente a la crítica de la experiencia trascendental y sobre esto a la del conocimiento trascendental en general.

(Fenomenología trascendental:) Entra entonces, una ciencia inauditamente original: una ciencia de la subjetividad trascendental concreta, como subjetividad dada en una experiencia trascendental real y posible ciencia que constituye el extremo opuesto a las ciencias en sentido vigente hasta aquí, a las ciencias “objetivas”. Una ciencia cuyo objeto es independiente en su realidad de la sentencia que recaiga sobre la inexistencia o existencia del mundo. Así como su objeto primero, también su objeto único parece ser y sólo poder ser mi ego trascendental, el de quién filosofa, (esto debido al comienzo con la reducción tras.). Esta ciencia empieza como una pura egología, y como una ciencia condenada, al parecer, al solipsismo, bien que a un solipsismo trascendental (ya que los demás “egos” se ven como meros fenómenos). Quizás luego se encuentre la fenomenología de la intersubjetividad trascendental, por medio de ella, la filosofía trascendental. (El solipsismo es un grado filosófico inferior que el de la intersubjetividad trascendental).
En contraste con Descartes, nosotros nos sumimos en la tarea de explorar el campo infinito de la experiencia trascendental. ( La evidencia cartesiana, la de la proposición ego cogito, ego sum, no da fruto porque Descartes no sólo omite en poner en claro el puro sentido metódico de la epoje trascendental, sino que también omite el dirigir la mirada a la posibilidad que tiene el ego de explorarse a sí mismo hasta lo infinito y sistemáticamente por medio de una experiencia trascendental, y con ello al hecho de que el ego esta ahí presto como un posible campo de trabajo, absolutamente singular y aislado, en cuanto que relacionándose sin duda con el mundo todo y con todas las ciencias objetivas, empero no da por supuesto su valor de realidad, y por ende esta separado de todas estas ciencias y no linda con ellas en ninguna manera.

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